En ¿Observación o juicio? lanzo la tésis de que no sabemos observar. En general. En nuestra sociedad.

¿Pero me incluyo realmente en este ‘nosotros’?

No de todo, porque hace años que me formé en el ‘Teatro de la Escucha’ dónde me enseñaron cómo recoger hechos y me entrenaron para hacerlo de la manera más objetiva posible.

¡Así que yo sí sé observar!… ¿No?

Primero hay que remarcar que he sido entrenada para observar de una manera muy concreta, muy racionalista. Pero la realidad es infinitamente compleja, es decir, hay muchas otras maneras de observar que se me escapan. Porque domino una metodología no significa que lo sepa todo. Por ejemplo el año pasado la Permacultura me enseñó el lente de los patrones para observar. Qué maravilla, cuántas maneras nuevas de recoger información descubrí con ello.

Así que, a lo mejor me han enseñado a observar algo mejor que a mucha gente de la sociedad, pero hay muchas otras vías de observación que me faltan por descubrir.

Principio 1: Observa e interactua

«La belleza está en los ojos del que la percibe.»

Y que tengo la formación ¿significa que la aplico?

Puede que haya una parte que sí, pero para observar bien hace falta apertura. Es decir que hay que abrir las puertas internas para que la información pueda llegar a la conciencia, sea desde el mundo externo o el interno.

Y, en este momento de mi vida creo, que abrir las puertas implica silencio interno, callar este monólogo interior que nos bombardea con juicios, proyecciones, miedos… Y también significa parar, quedarse en un sitio y prestarle atención a algo durante tiempo.

¿Cuántas veces realmente hago esto?

Muy poco. Todo el rato estoy ocupada, o con la tarea o con los canales de evasión que el mundo actual pone tan al alcance de mi mano. ¿Cuándo hago tiempo para el silencio para observar de verdad?

Parece que la mayoría del tiempo estoy en una huida hacia adelante para no ver, y el resto del tiempo colapso de cansancio y me escondo en la pantalla para no ver. Y el monólogo interior mío… un bombardeo constante de ideas al estoy adicta.

Es decir, aunque tengo las herramientas para observar, no me sirven mucho porque apenas las uso.

Así que, no tengo ninguna razón para darme palmaditas en la espalda.

Pero muchas razones para esforzarme a parar más y dejar que el mundo entre en mi. A hacer silencio, espacio. A abrir la puerta. Amén.

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